Diario de Aprendizaje #3 Módulo 2: Las mujeres en la historia de España.
He
decidido inspirarme para hacer esta segunda entrada en una mujer que fue muy
influyente en mi ámbito de estudio. Como Licenciado en Derecho, la vida de esta
mujer marcó un antes y un después en la defensa jurídica de los derechos de las
mujeres. Estoy hablando de la figura de Ana Orantes y su relación con la
violencia de género.
Ana
Orantes no era jueza, no era abogada, ni una miembro de un partido político, ni
una representante de una organización por los derechos de las mujeres. Era una
mujer normal que sufrió durante cuatro décadas, la violencia machista por parte
de su exmarido.
Dando
un viaje en el tiempo: año 1997. Vivíamos en una sociedad en la que la violencia
de género existía, pero no se mencionaba. Las instituciones como los Juzgados o
la Policía no eran tendentes a creer a las víctimas. De hecho, Ana denunció en
numerosas ocasiones sin recibir algún tipo de respuesta.
Intentó
divorciarse dos veces: su primer intento de divorcio fue denegado ya que en
palabras de su propia hija: el juez no podía ver a un hombre tan grande llorar.
En 1996, con el divorcio conseguido, la casa que compartía con su maltratador fue
dividida por el juez en dos partes: “No se apreciaba mala fe ni temeridad”.
El
acto que marcó la vida de Ana Orantes y marcó el camino hacia la creación de la
Ley 1/2004 de Violencia de Género, fue cuando Ana decidió contar su historia en
un programa de televisión el 4 de diciembre de 1996. De una manera rotunda y completamente
sincera, contó detalladamente los malos tratos físicos y psicológicos sufridos:
bofetadas, guantazos, palizas, insultos, desprecios.
“No podía respirar. Yo no podía hablar, porque yo no sabía hablar,
porque yo era una analfabeta, porque yo era un bulto, porque yo no valía un
duro... Yo tenía que aguantar que me diera palizas. Paliza sobre paliza".
Ana
Orantes se preguntaba si llegaría a Navidad. En diciembre de 1997, fue
brutalmente asesinada por su marido: torturada y golpeada hasta el desfallecimiento,
fue quemada viva por su exmarido y maltratador. Y fue esta muerte la que supuso un cambio en
la lucha por los derechos de integridad física, vida y moral de las mujeres.
La
importancia de Ana Orantes en la figura del derecho penal y la figura de la
Violencia de Género fue primordial. Podríamos hablar de su importancia en 2 ámbitos
primordiales:
Ámbito social
Aunque
algún cargo político del gobierno de aquel entonces lo definió como “un caso aislado
obra de un excéntrico” la sociedad empezó a tomar más constancia de en qué
consistía este tipo de violencia. Los medios de comunicación empezaron a tener
más constancia de la necesidad de dar este tipo de noticias y ya en 2001 en una
encuesta del CIS un 92% de los encuestados reconoció haber visto noticias sobre
malos tratos hacia las mujeres.
La
valentía de Ana consiguió que los medios de comunicación hicieran mucho más
hincapié en la necesidad de dar visibilidad a este tipo de noticias. Expertos como Miguel Lorente o Marina Subirats
destacan como este caso cambió a una sociedad que creía que el maltrato solo
debía tratarse de puertas para adentro y como este hecho dio visibilidad a las
organizaciones feministas que luchaban para que se diera luz a esta lacra social.
Ámbito jurídico
El
cambio desde el ámbito jurídico fue progresivo pero importantísimo:
-
En 1999 se revisaría el delito de maltrato en el ámbito penal y la
Ley de Enjuiciamiento Criminal: se consideró el maltrato psíquico como delito,
se permitió la instrucción de oficio de los casos y se impusieron las ordenes
de alejamiento.
-
En 2003, se incluirían las órdenes de protección.
-
El 28/12/2004, se aprobó la Ley Integral contra la Violencia de Género.
Para Flor de Torres, Fiscal Delegada de Violencia de Málaga, fue este asesinato
el motor de esta ley tan importante para la protección de las mujeres.
Conclusiones.
El
derecho a la integridad física, moral y a la vida de las mujeres (al igual que
de los hombres) está recogido en el art. 15 de la Constitución Española pero
durante muchas décadas, en el caso de la violencia de género, fue ignorado por
un sistema judicial y policial anclado en valores tradicionales y por unos
medios de comunicación que echaban la vista hacia otro lado.
Contando
su historia, Ana cambió de manera profunda no solamente la visión de la
sociedad sobre el maltrato, sino que consiguió reformas muy importantes para
garantizar, proteger y asegurar esos derechos para mujeres que veían como sus
derechos constitucionales eran pisoteados y despreciados de manera continuada. Con su testimonio, Ana consiguió dar voz a miles
de víctimas silenciadas, consiguió pegar un grito a una serie de instituciones
aletargadas e inspiró una serie de medidas jurídicas ayudarían a proteger esos
derechos constitucionales.
Aunque
la violencia de género siga siendo una lacra contra la que es difícil de
luchar, cada vez hay mas herramientas, más visibilidad y menos tolerancia. Y todo gracias a su valentía.
Bibliografía.
1. 1. Dossier_MUJER_Y_VIOLENCIA.pdf
(mujeresenred.net)
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